No sé si nos fascinan o nos horrorizan, pero desde luego, las serpientes siempre han tenido ese poder de agitar nuestras conciencias. Del odio a la veneración, la serpiente se sitúa en los extremos. Y desde Baile en el Aire le rendimos nuestro pequeño homenaje.
Intencionada o casualmente, por nuestro espacio van apareciendo representaciones de este majestuoso animal. Ya sabéis que Baile se va creando con la huella de las personas que pasáis tiempo por allí, de forma material o energética vais configurando el lugar. Y ya van 3 las serpientes representadas en alguno de nuestros rincones. Tres de las grandes y fijas, porque pequeñas o efímeras seguro que han abundado. A ver si las reconoces…



La serpiente es un reptil que periódicamente renueva su piel, lo que la ha convertido en un símbolo de renovación y salud (la Vara de Esculapio, símbolo de la medicina). La muda es algo vital para la serpiente y es un factor rítmico en su vida:
Las recién nacidas no se alimentan hasta no haber realizado su primera muda.
Tras la hibernación, la serpiente adulta realiza su muda y aprovecha para soltar sus olores hormonales y atraer a los machos…
De ahí que se les atribuya poder, virilidad, sabiduría, rejuvenecimiento, fertilidad, salud y prosperidad.
El lenguaje de los símbolos es el lenguaje de la naturaleza, y es el primitivo lenguaje de la humanidad…: todas las grandes civilizaciones consiguieron traducir ideas complejas a significados concretos a través de los símbolos. El de la serpiente fue utilizado en todas ellas y, según algunos autores, en él se compendia toda la filosofía del universo.
Así, en la Antigüedad, la serpiente ha sido símbolo de: sabiduría y divinidad (atributo distintivo de los faraones); de regeneración psíquica (la serpiente emplumada azteca; la energía kundalini…); de inmortalidad, de eternidad (la imagen del alma que reencarna y se reviste de nueva piel). Es también un símbolo dual: es la luz, tanto la física como la espiritual; pero es también símbolo de su sombra, de la oscuridad de la materia, del mal, de la sustancia espiralada que atrapa al alma en su torbellino. Símbolo de la energía sexual, la de los cuerpos tratando de perpetuar sus formas, y la de las almas tratando de perpetuarse…
En fin, hay mucho, muchísimo, escrito y contado sobre este animal, y voy a parar aquí.
Hoy ha sido la serpiente la que me picó las ganas de escribir. Porque en Baile en el Aire la naturaleza es nuestra fuente y nuestra esencia, y las serpientes, por supuesto, también nos inspiran.
Un abrazo.
Objeto de horror o de adoración, los hombres tienen a la serpiente un odio implacable, o se postran ante su genio. La Mentira la llama, la Prudencia la reclama; la Envidia la lleva en su corazón, y la Elocuencia en su caduceo; en el Infierno, arma el látigo de las Furias; en el Cielo, la Eternidad hace de ella su símbolo.
-Chateaubriand-